Virginia Demaria: Manos inquietas | Revista Paula

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Virginia Demaria: Manos inquietas | Revista Paula

Paula 1199. Sábado 7 de mayo de 2016.

En medio de la onda handmade, la chef Virginia Demaria acaba de lanzar su libro Tejer es mi superpoder, el que surgió de tanto que le preguntaban en las redes sociales por cómo hacía los móviles tejidos para sus hijos o los adornos a crochet de su árbol de Navidad. Aquí las razones de esta pasión y tres de sus proyectos favoritos: un estuche, un cubrepiso y el frivolité, el antiguo encaje por el que lucha para que no desaparezca.

Apenas Virginia Demaria se despierta, casi como por reflejo, agarra lana y palillos y levanta a sus tres niños, tejiendo. Mientras ellos se bañan, ella teje. Mientras les prepara desayuno, teje. Entre las grabaciones de su programa en T13 cable, teje. Su programa de radio Ruta Oasis se lo teje completo. Si hasta en los tacos teje. Incluso durante el trabajo de parto de su primera hija, María Luisa (8), Virginia tejía una flor calipso a crochet que después le pegó en un vestido para ella.

No tiene idea cuándo aprendió a entrelazar lana. Ni su mamá ni su abuela tejían. La única prueba que tiene de que es algo con lo que nació, como ella dice, es la foto que cuelga en el respaldo de su cama junto a otras 20 fotos con sus hijos y marido, donde sale ella de apenas 4 años con palillos en sus manos. “Solo me acuerdo del día en que me funcionó un redondito a crochet. Tenía 12 años y lo copie de una revista”, cuenta.

Para Virginia Demaria el tejido es su terapia, su forma de meditar. Intenta explicarlo a través de la lana-terapia y los beneficios de las manualidades para la salud pero con la naturalidad que la caracteriza prefiere ser más gráfica: “Las mamás del colegio de mis hijos me pusieron la thermomix humana y la verdad es que las manualidades son las únicas que me detienen, son mi cable a tierra”, explica. En resumen, es el tejido el que ordena a esta mujer que se reconoce intensa, dispersa y que anda algo hiperventilada por la vida. “Es el momento en que evalúo y me encuentro con mi yo interno. Cuando tejo soluciono cosas, organizo lo que tengo que hacer o decir, ordeno mi vida. Mi espiritualidad yo la vivo con el tejido”, dice y agrega: “pero lo mejor es la satisfacción profunda que siento cuando miro algo hecho por mis propias manos. Ver mis tejidos terminados son una inyección de autoestima”.

Acaba de llegarle su libro Tejer es mi superpoder, recién salido de imprenta, y lo mira sin poder creerlo. “Era predecible que en mi vida hiciera libros de cocina, pero este no me lo esperaba. Por eso me enorgullece tanto”, cuenta. Lo hizo con Editorial Planeta, la misma con la que ha hecho sus tres libros de cocina que son hits de venta. “Puede que yo te haga mucho libro pero no te leo nada. Tengo muchos talentos manuales, pero no te sumo, no te resto, ni te leo. Nunca he podido terminar un libro. Por eso yo exploto lo que se me da: la cocina y el tejido, mis formas de expresarme y eso es lo que se ve. No es que yo sea un superwoman que hace todo, como algunos dicen, estas son mi áreas y ahí me manejo”.

Tejer es mi superpoder tiene el mismo origen que sus libros de cocina: la cantidad de gente que por redes sociales le escribían pidiéndole sus “recetas” para hacer lo que ella hace. Dice que lo armó pensando en su hija Luisa, a la que si tuviera que regalarle solo una cosa en la vida, sería el tejido. “Me sentiré súper satisfecha si ella lo incorpora a su día a día porque para mí ha sido un gran compañero de viajes, en los bajones dolorosos y en las más grandes alegrías. Quiero que ella y que muchas personas tengan el tejido como una herramienta, por eso hice este libro”.

Ingredientes

Preparación

Materiales

Paso a paso

Datos